Después de que la brutal realidad se impuso, en estricto sentido común, el Gobierno está obligado a cambiar la política electoral, que es lo ha venido implementando, por una verdadera política criminal, y estaría obligado a establecer realmente una estrategia de seguridad, articulada con recursos económicos, humanos, técnicos y de todo tipo, para garantizar la seguridad no únicamente de sus funcionarios, sino la de todos los mexicanos. Para lo cual es urgente tomar por lo pronto las siguientes acciones:
· Establecer y cambiar prioridades en las que invertimos los recursos económicos. ¿Realmente es más importante una refinería o el Tren Maya que la vida de los mexicanos?
· Asignar recursos a todo el sistema de seguridad y no disminuirlos como hicieron recientemente, desde la prevención del delito, pero no con programas electorales, sino mejorando las condiciones económicas, técnicas y capacidades de todos los Policías Municipales, Estatales y Federales.
· Las Fiscalías, tienen que tener capacidades de procesamiento de los detenidos, para ello se requiere contar con más Ministerios Públicos, mejorar también las condiciones, menos cargas de trabajo, capacidades y mejorar salarios.
Hoy nos enfrentamos a una gran impunidad, que se traduce en víctimas sin justicia y delincuentes en la calle.
· Instalar inteligencia en cada orden de Gobierno, Estatal y Federal
· Incrementar las acciones contra los Cárteles y la delincuencia organizada, para quitarles recursos económicos.
· Lograr acuerdos para que no haya tráfico de armas de Estados Unidos hacia México. El país vecino sigue poniendo las armas y nosotros los muertos.
Esperamos se hayan dado cuenta que sólo hay dos bandos, como siempre lo hemos dicho, los que optamos por el lado del Estado de Derecho y los que deciden vivir al margen de él, provocando violencia contra los ciudadanos.
Los enemigos no son ni los conservadores, ni los fifis, ni los neoliberales, los enemigos son los delincuentes.
Asociación Alto al Secuestro
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